(PRESIDENTA DE LA ASOCIACIÓN CONTRA EL ACOSO ESCOLAR)
“El patio es el principal emisor de acoso escolar”
Encarna García, natural de Mieres y residente en Gijón, preside desde el año 2004 la Asociación contra el Acoso Escolar (A.C.A.E.), un colectivo que comenzó siendo una plataforma social y cuyo detonante fue el suicidio de Jokin, un joven de Hondarribia acosado por sus compañeros de clase. Ocho años después, la asociación se ha convertido en un instrumento de lucha contra el fenómeno conocido como bullying, no solo en Asturias, sino en toda España. Pese a su alcance nacional, la asociación tiene techo en la sede del Conseyu de la Mocedá de Gijón. Aunque, según su presidenta, “la gente nos conoce porque trabajamos a pie de calle y por las noticias de los medios de comunicación en los que salimos mencionados”.
En una tarde de domingo, desapacible, Encarna García charla con nosotros por teléfono, con un tono claro y alto. Habla deprisa, como si llegara tarde a algún sitio. Sin embargo, es cuestión de dinamismo, porque el tema del acoso escolar le importa. Le importa y le preocupa mucho.
• Hemos consultado varios libros pero nos gustaría saber, basándose en su experiencia y opinión, ¿cómo define usted el acoso escolar o bullying para que todos lo entiendan?
El acoso escolar o bullying es “matonismo escolar”. Ni más, ni menos.
• ¿Cuántas llamadas recibe A.C.A.E. anualmente en España?
En torno a 6.000 llamadas.
• ¿Cuántas de esas llamadas son casos de acoso escolar en Asturias?
En la actualidad estamos dando respuesta a 90 casos en Asturias, que se han ido desarrollando durante los dos últimos años.
• ¿Cuáles son los “puntos negros” del bullying en Asturias?
Por zonas hay que destacar Avilés y la Cuenca del Nalón. Precisamente Avilés y Málaga son las ciudades españolas que registran mayor número de casos de bullying. Y en cuanto a comunidades autónomas, encabezan el ránking la Comunidad Valenciana y País Vasco.
• Vuestra asociación se constituyó en 2004, ¿los balances atestiguan que el bullying es un problema creciente?
Sí es creciente; pero además es un problema que se “arrastra” con el tiempo, por falta de intervención en el aula, por la complicidad de los docentes, por miedo a hablar o denunciar, por burocracia ineficaz; los inspectores se pasan mucho tiempo sentados en sus despachos, y también por un problema de política…
• ¿De política?
Sí, que salgan a la luz los casos de bullying es un lastre para el Gobierno de turno. No merece la pena insistir en esos indicadores. Es mejor, para la mayoría, invertir en otros temas sociales importantes, como el feminismo; los niños no votan…
Aquí hay una pausa al otro lado del teléfono. Seguida de una risa tenue e irónica. Ha quedado claro y zanjado.
Pasa lo mismo con algunos docentes, a quien no les interesa que el colegio salga en los medios de comunicación en una noticia negativa que desprestigia el centro educativo.
• ¿Cómo se detecta un caso de bullying? ¿Cuál es la principal señal de alerta?
El patio es el principal emisor de alerta. Si un alumno está solo en el patio hay que indagar y preguntar qué le pasa. La mayoría de las veces esa soledad será inherente de un problema de acoso.
En el aula también se puede detectar cuándo alguien abusa de otro. Entre las funciones de los docentes está la de observar.
• Una vez detectado el problema ¿cuál es la fórmula idónea de actuación?
Primero avisar a los padres de la víctima y pedir permiso al resto de padres para hablar de forma individualizada con el resto de críos. Después si el caso de bullying se confirma hay que ayudar a la víctima y expulsar al acosador o acosadores. Y no al revés, que es lo que suele pasar; al final, quien se va del colegio es el agredido.
• ¿Hay un protocolo de actuación en el Principado de Asturias para actuar cuando se percibe un problema de bullying?
Hay un protocolo que no se usa, así que es como si no lo hubiera. Más que papel mojado casi podría decirse que es papel “meado”.
• ¿Quién elabora ese protocolo?
Lo elabora la Consejería de Educación; y nosotros, desde A.C.A.E., hicimos algunas propuestas que no salieron adelante.
• ¿Por qué no se aplica?
Porque siguen diciendo que no hay casos de acoso escolar y, por lo tanto, no hace falta aplicar el protocolo.
• ¿Somos también en esto “cola de león”?
Sí, porque sigue negándose. Sólo en la etapa de Riopedre como consejero de Educación se hizo un esfuerzo. En otros sitios de España, como País Vasco, se está trabajando mucho en el tema; pero en general, poco. Y si salimos de España, países del norte de Europa, como Suecia y Finlandia, también se lo toman muy en serio.
En relación al protocolo de actuación, Encarna García hace un inciso en nuestro cuestionario y menciona la importancia de los Reglamentos de Régimen Interno (R.I.I.).
Si se cumplieran los Reglamentos se reducirían enormemente los casos de acoso escolar. En éstos se habla de los expedientes y las expulsiones ante ciertas conductas, ¿por qué no se llevan a cabo? Es que al final se hace en contadas ocasiones…
• Además de protocolos y reglamentos, ¿qué pasa con esos dípticos y trípticos informativos? ¿Llegan a los interesados?
Esos panfletos, para los que se gasta una millonada, acaban guardados en los sótanos de algunas instituciones, como el Instituto Asturiano de la Mujer.
• ¿Cuáles pueden ser las secuelas de una víctima de acoso escolar?
La mayoría de los niños padecen problemas psicológicos de por vida. En la asociación atendemos a muchos chavales de 23 y 24 años que fueron víctimas y que siguen pasándolo mal.
En muchos casos la consecuencia se lee en los periódicos: esos casos de chicos que cogen un arma, entran en un instituto y se lían a tiros.
• ¿Qué papel desempeña la A.M.P.A. en este tipo de problema?
Ninguno. No cuentes con ellos, la A.M.P.A. es un instrumento del colegio para tapar miserias…
• ¿Y los medios de comunicación?
Están al servicio de quién los financia y dependen de quién sea éste y qué le interese. Obviamente creo que deberían hacer públicos todos los problemas de este tipo.
• Las nuevas tecnologías han propiciado un nuevo concepto, el de ciberbullying, ¿cómo está de latente?
El hecho de que los chicos puedan entrar en el instituto con el teléfono móvil es un peligro. Sin embargo, es un fenómeno de menor medida que el acoso en el aula.
Hablamos unos minutos más, sin interrogantes de por medio, y nos insiste en la importancia de registrar por escrito cualquier problema relacionado con el bullying porque “como dicen, las palabras se las lleva el viento”. Reconoce que, ante la solución a este tema, es un poco escéptica, porque está decepcionada con quienes deberían actuar. Sin embargo tiene claro que la asociación que dirige tiene “una infraestructura interna muy fuerte”.
A modo de reflexión final dice que “las herramientas en el problema del bullying se pueden aplicar como en el de las enfermedades. Si existe la medicina preventiva, debemos aplicarla también contra el acoso escolar. Actuar y prevenir, porque prevenir es curar”.
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